Educación ambiental es transmitir el pensamiento verde, comenzando por los más pequeños, a través de prácticas constantes sobre el cuidado de la basura, y forjar el respeto por nuestro medio ambiente y otras formas de vida.

 

Luis David Flores de León , estudiante de periodismo de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

Por Luis David Flores de León

Existen muchos causantes de la contaminación ambiental en República Dominicana, sin embargo, prestaremos más atención a la tirada de basura, cuya actividad es tan normal como tomarse un vaso con agua. Las calles de Santo Domingo sufren este mal, que es como un cáncer que poco a poco va deteriorando nuestro planeta. La razón principal es la falta de educación por parte de una ciudadanía que da la espalda a una realidad espantosa.

Los residuos sólidos en la vía pública representan un grave problema para el flujo adecuado del transporte, y hasta para las personas que cruzan de una acera a otra. Además, no puedo dejar de mencionar los basureros que se encuentran en los barrios cercanos a las casas que, sin duda alguna, amenazan la salud de las personas.

De acuerdo con una evaluación realizada por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales en 2003, los municipios más afectados por la basura son Santiago, La Vega, Bonao, Santo Domingo, La Romana y la frontera entre Haina y Santo Domingo Oeste, mientras que las cuencas hídricas más afectadas son el río Ozama, el Yuna y el Yaque del Norte. Y es que el ser humano no cuida este planeta, como si tuviera la opción de vivir en otro.
Recientemente, circuló un vídeo de una de nuestras playas en las redes sociales, no por su hermosura, sino por las toneladas de desechos que había en ella. Todo esto es el resultado de la necedad e ignorancia del ser humano, que ha forjado una cultura de “si me deshago de ella, está bien”, “Si está fuera de casa, ya está”, “Si la tiro en la calle, no hay problemas”. Como si por arte de magia desaparecerá, no es así, la Madre Naturaleza reserva una factura y nos cobrará bien caro.

En países como Alemania, el sistema de clasificación y reciclaje es una realidad. Jean Knaupp, maestro de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, da fe y testimonio de su efectividad, de hecho, el reciclar es remunerado allá, pues, existen máquinas que intercambian dinero por botellas. Aplicarlo en República Dominicana reduciría significativamente este problema, acompañado de políticas públicas que conduzcan a la implementación de una educación ambiental en las escuelas, lo eliminaría por completo.

De acuerdo con la encuesta más reciente realizada por “Gallup”, la preocupación de los dominicanos respecto al medio ambiente apenas representa un 0.8 %, un número que explícitamente habla de la poca responsabilidad en cuanto a la basura y el cuidado a los recursos naturales. A pesar de las múltiples leyes promulgadas e instituciones en favor de este tema, apenas se conoce de educación ambiental.

Algunas personas de la vida pública han expresado sus inquietudes, pero además un compromiso de hacer algo, de no perder la fe ante lo que ven, tal es el caso de la actriz y comunicadora, Nashla Bogaert, quien desde hace un tiempo ha asumido la responsabilidad de educar a través de sus redes sociales, instando a sus seguidores a dejar de utilizar plástico, a reciclar, a querer un poco más nuestro planeta mediante acciones. Advierte que cambiar este estilo de vida requiere tiempo y esfuerzo, sin embargo, es posible. Ella forma parte de distintas campañas como “Corona”, cuya tarea es cuidar los océanos de la basura, específicamente del plástico.

La educación ciudadana en cuanto al manejo de desechos sólidos ha generado situaciones positivas. En ese sentido, algunos municipios han tenido buenas prácticas, como es el caso de San José de las Matas. Este municipio desarrolló un programa denominado “Basura cero”. Esto se logra a partir de la movilización de la población y las autoridades locales para abordar el manejo de la basura de una manera ambientalmente amigable. En el municipio de San José de las Matas se ha logrado movilizar a la ciudadanía a partir dela integración de las juntas de vecinos y los grupos comunitarios, el saneamiento de las cañadas y los lugares contaminados.

El objetivo de la educación ambiental es transmitir el pensamiento verde, comenzando por los más pequeños, a través de prácticas constantes sobre el cuidado de la basura, y forjar el respeto por nuestro medio ambiente y otras formas de vida, sería apropiado incluir un programa en las escuelas que promueva y apasione a los niños por tener cuidado especial de nuestros recursos naturales. Se deberían implementar materias que forjen conciencias responsables, amantes de lo verde. Instruirlos desde ahora traerá grandes transformaciones en nuestra Quisqueya. Sí, porque los pequeños harán grandes cosas…