Maireny Pamela Soto Morillo Estudiante de Periodismo UCSD

Por Maireny Pamela Soto Morillo                           –Estudiante de Periodismo

Para el 1992 el feminicidio fue definido como el crimen que se comete en contra de una mujer por ser mujer.

Así lo definieron las abogadas que usaron por primera vez el término ante el tribunal sobre los crímenes en Bruselas: es el asesinato de mujer por hombres, motivado por odio, placeres, sentido de posesión hacia las mujeres.

Es difícil aproximar con exactitud algunas cifras estables, mujeres que mueren asesinadas por los golpes de un hombre, las violaciones con tortura que llevan a la muerte. Cabe destacar que los victimarios no son cualquier hombre, casi siempre son sus parejas, expareja, exnovio, o un amigo cerca a un familiar.

En estos intervienen varios factores entres los cuales están el alcoholismo, falta de educación, la pobreza y muchas veces hasta salud mental.

Son feminicidio los asesinatos de mujeres como el de la adolescente Emely Peguero el 31 de agosto del 2017, Yolanda Ramírez Puntiel, el 2008 de mayo, Ingrid Ciprian 01 de enero, 2004 de febrero, Reina Isabel González, 2005 de febrero Yocasta Reyes, quien fue degollada por su pareja, el 20 de marzo,  Yudis Yadirmia Anziani fue ultimada a puñalada por su pareja, Yenny Carela, además de otros casos registrados.

Muchas mujeres ocultan durante años los abusos y violencias por parte de su pareja, por miedo a las consecuencias, son incapaces de denunciar los maltrato ante los poderes jurídicos y la sociedad.

El feminicidio es un problema social, político, cultural y económico. Unos de los problemas fundamentales del feminicidio es que un hombre que es violento con una mujer, casi siempre se debe a que tubo una infancia difícil, donde recibía golpes, hasta insultos.

Un sólo feminicidio ya es demasiado, diez es una exageración, 100 un imposible, pero son más de 200 al año.

Un feminista se convierte en tal, cuando piensa que es mejor matarla antes de que se le valla de las manos. Casi siempre hemos visto que cuando una mujer demanda al hombre por violencia de género, terminan perdiendo la vida porque muchas veces ellas mismas van y quitan la querella.

Es lamentable lo que está pasando en nuestra sociedad, y es que se han perdido los valores.  El amor al prójimo ya no existe.

«Si no estás conmigo no estarás con nadie más»  fueron las últimas palabras que dijo Orlando Antonio Flete a la hora de quitarle la vida a la adolescente Gabrielis Sánchez de 15 años.

Si nos detenemos a leer el informe de la policía, nos damos cuenta que la adolescente se había querellado en contra de su victimario, pero lo más penoso es que a una semana de haberle emitido una orden de alejamiento, este mató a su víctima.

¿Qué pasa con la justicia? ¿ Porqué tanta violencia por parte de los hombres? Cada vez son mucho más los casos de feminicidio. ¿Qué ha hecho la justicia para controlar los feminicidios?.

Desde mi punto de vista es un hecho socio-cultural. Está directamente conectado con los hombres, que no quieren asimilar que las mujeres no nacieron para ser maltratadas, que no se tocan ni con el pétalo de una rosa, si no puedes seguir con su pareja, déjela, pero no la maltrate,  tampoco la mates.

En cierto punto tenemos nosotras la mujeres la culpa, porque al ver la conducta negativa del hombre seguimos con ellos, pensando que podemos controlar la situación aún sabiendo, que ya está fuera de control.

Ya sea por falta de educación, falta de valores, o incluso por la insensatez de pensar que puede cambiar, nosotras mismas, a veces, estamos condenándonos a nuestras propias muerte.