Por: Ana Delgado Ramos poeta y escritora

Buenos días amigos: Otra mañana de domingo, pero diferente, demasiado silencio.

Puedo oír , a lo lejos,  a un gallo cantando, el ruido del viento moviendo las hojas de mi patio, y a un búho que se esconde entre las rocas de la montaña que rodea el lugar donde vivo, el trinar de los pájaros, que parecen conversar entre ellos. 

La naturaleza nos habla, porque ahora nosotros estamos en silencio y podemos escucharla.

Este encierro temporero era necesario porque entre tanta prisa y tantos ruidos estábamos ausentes de lo que nos rodean, adormecidos, en un sueño de una  realidad falsa, falta de valores y llena de egoísmo. 

Los celulares y las redes sociales, que antes nos alejaron  tanto de los que teníamos cerca,  ahora son el único medio que tenemos para acercarnos a ellos,  con la desventaja de que no podemos abrazarlos, no podemos sentir el calor de sus cuerpos. 

Son muchas las lecciones que nos deja esta experiencia, no  hay nada que no se pueda posponer, no hay necesidad de tener tanto.

Ahora estamos aprendiendo a vivir con lo básico,  lo necesario, lo indispensable  y no nos cuesta tanto trabajo la vida simple, sencilla, sin adornos y sin prisa.

Hemos aprendido  que la distancia duele, que las visitas nos hacen falta para compartir y que congregarnos es un gran regalo y un privilegio. 

También ahora estamos muchos más conscientes de la fragilidad de la vida, que todo cambia en cuestión de segundos y que solo contamos con instantes. 

No hay tiempo para dejarlo para después que…porque cuando menos se espera nos sorprende un evento del que no tenemos control. 

Aprovecha este domingo y conéctate con alguna persona que vive sola y que hace tiempo no le hablas, ni la ves. 

Regala compañía y sé la mejor compañía para ti mismo. Bendecido domingo y buen camino siempre. Bendiciones.

La autora es la Directora Ejecutiva de la  Asociación internacional de de Poetas y Escritores Hispanos AIPEH-PR.