Al día mueren 24 mil personas de hambre alrededor del mundo y el 35% son niños menores de 5 años, pero preferimos hacernos de la vista gorda frente a esa situación.

 

Joel F. Peralta González Estudiante de Periodismo UCSD

Por Joel F. Peralta González

El ser humano por naturaleza es un ser resistente al cambio, vemos las cosas pasar frente a nuestros ojos, escuchamos todo lo que acontece alrededor del mundo y aunque sepamos que esta mal, nos hacemos los ciegos y los sordos, preferimos seguir viviendo en nuestra burbuja sin aceptar que ya estamos perdiendo la calidad de seres humanos.

Este mundo está lleno de miseria, hipocresía, ignorancia, dolor, pena, hambre, desprecio, discriminación y muerte. Al día mueren 24 mil personas de hambre alrededor del mundo y el 35% son niños menores de 5 años, pero preferimos hacernos de la vista gorda frente a esa situación, pues nuestro actual estilo de vida a penas nos deja tiempo para nuestros problemas banales y frivolidades típicas de querer siempre más sin pensar en los que no tienen nada. En ese momento es que me pregunto ¿Qué paso con la humanidad? ¿Dónde están esas naciones que dicen llamarse poderosas? ¿Dónde están esas religiones que profesan el amor?

Predicamos de ser un mundo moderno, donde todos tenemos igualdad, pero en ese momento entra en juego la doble moral, los prejuicios y los ataques hacia aquellos que consideramos diferentes, miles de personas, muchos de ellos adolescentes que se identifican como gais, lesbianas, bisexuales o transgénero son discriminados y repudiados por esta sociedad que dice llamarse abierta, llevándolos a ellos mismos a odiarse a tal punto que consideran el suicidio como la mejor salida a su dolor, vidas perdidas por mentes cerradas, que se ríen de los demás porque son diferentes, sin saber que los diferentes se ríen de ellos porque son todos iguales, creados en un molde que les da miedo romper por el que dirán.

Otro tema es la llamada igualdad de género, que muchos países dicen haber alcanzado de forma satisfactoria, pero la realidad es completamente distinta, aunque en la mayoría de las naciones hombres y mujeres tienen los mismos derechos, la sociedad sigue inculcando que si un hombre se queda cuidando a sus hijos es un mamita y que su mujer lleva los pantalones de su casa, cuando debería ser el como hombre que debería estar trabajando y su mujer en casa encargándose de los quehaceres del hogar y la crianza de los niños; A su vez, la mujer independiente es criticada por sentirse bien consigo misma y llevar al cabo sus metas, destruida por una sociedad retrograda por mantener su casa, incluido a su esposo que por no trabajar la sociedad lo cataloga como un vividor que la obligo a ella a la lanzarse al mundo laboral porque su vagancia no le permitía buscar un trabajo, siempre es más fácil criticar a los demás sin saber las situaciones que pasan.

Por esas situaciones surgió el llamado feminismo, corriente que se encarga de empoderar a la mujer para que defienda sus ideales, pero muchas de las llamadas feministas han llegado al extremo que quieren oprimir al hombre o que consideran cualquier comentario como una agresión machista, pero es importante aclarar que las que toman esas actitudes son la minoría, pero como el ser humano siempre resalta lo malo, esas pocas extremistas destruyen la labor que muchas mujeres realizan para conseguir que la igualdad de género sea completa y no simplemente algo parcial, mujeres que no buscan igualdad solo para ellas, si no que buscan eliminar el machismo que encasilla a los hombres en el rol de macho alfa que no debe mostrar sus sentimientos.

Y siendo sincero, si enumeramos todos los males de este mundo, simplemente tendríamos material suficiente para escribir un libro de al menos unas 1000 páginas, situaciones como violencia de género, la violencia infantil, los abusos sexuales, las guerras sin sentido que se llevan miles de vidas inocentes, las personas sin escrúpulos que quieren jugar a ser Dios asesinando inocentes por puro gusto, las drogas que acaban con los jóvenes del mundo que sienten que esas sustancias los ayudaran a llenar el vacío de su pecho dejado por la falta de amor que intentan llenar con esa sustancia que los eleva hacia las nubes, sin saber que cuando caigan de golpe contra el asfalto quizás ya sea muy tarde, humanos sin humanidad que tratan a hombres y mujeres jóvenes como mercancía que vender para obligarlos a prostituirse en casas de citas clandestinos, en esto se transformó nuestro mundo, un lugar donde destruir a otros es tan fácil como cambiarse la ropa.

A pesar todo, siento que en este mundo aún existen muchas personas con buen corazón, millones de personas que se dedican a hacer el bien sin mirar a quien, gente dedicada a salvar y reconstruir a todos los que fueron destruidos por aquellos seres sin corazón que solo se preocupan por sí mismo, personas que creen en la igualdad, que luchan porque se respete a todos por igual sin distinguir razas, preferencia sexual, clase social, personas dedicas a secar lágrimas y crear sonrisas, seres que brillan dentro de toda esta oscuridad que rodea esta tierra, simplemente humanos que aún conservan su humanidad.