Amo cada instante en que puedo abrazar a una persona triste o alegre. Abrazarlos y sentir el afecto a través de ese acto que no requiere ningún esfuerzo ni gastos económicos.

Todos somos seres tan imperfectos y en determinado momento ameritamos ese abrazo sin preguntar ¿Qué te pasa?

Tomo las bondades y cosas buenas que poseen los demás y olvido esas cosillas que no nos agradan.

Si nos pasamos la vida buscándoles a las personas los errores que poseen y las cinco patas al gato, viviremos siempre inconformes de todo y con todos.

Aprender a convivir en comunidad no es tarea fácil, pero se puede.

Aceptación, amor al prójimo y tolerancia, hacen tanta falta.

Por eso estamos en estas sociedades descompuesta, hogares disfuncionales y jóvenes desperdiciando sus futuros.

Escuchar, para ayudar.

Escuchar para solidarizarse.

Escuchar para ser empáticos.

Escuchar para perdonar.

Escuchar para   crecer, nos hace cada día mejores seres humanos.

Les abrazo.