Fuente: www.clarin.com

Ecologistas de la Universidad de Sydney calculan que entre mamíferos, aves y reptiles, ya murieron 480 millones de animales directa o indirectamente a causa de los incendios

Es una tragedia sin fin y día tras día parece agigantarse. La ola de incendios que lleva meses devastando Australia ya mató a casi 500 millones de animales, cifra que horroriza y que puede aumentar ya que el fuego se sigue propagando por todo el país.

El número parece irreal, pero tiene una fuente sólida: fue dado tras una minuciosa investigación por un equipo de la Universidad de Sídney. Entre los 480 millones de animales muertos figuran varias especies en peligros de extinción como canguros, koalas, wombats y demonios de Tasmania. Solo entre los koalas se calcula que murieron más de 8.000 de los 28.000 que vivían en el país.

La doctora Kellie Leigh, directora de Science for Wildlife, asegura que «estamos aprendiendo muchas lecciones de esto y nos muestra lo poco preparados que estamos para enfrentar una tragedia así».

La doctora agrega: «No hay procedimientos o protocolos establecidos, incluso los cuidadores de vida silvestre no tienen protocolos para saber cuándo pueden entrar después del incendio».

Y lo que viene es sombrío. Tracy Burgess, voluntaria de un hospital para animales, lo advierte con un hecho negro: «no nos llegan tantos pacientes animales como esperábamos. Eso se debe a que los animales murieron quemados, sin poder escapar».

Una cacatúa galerita muerta por las altas temperaturas

Australia está sumergida en una ola de incendios que se vislumbra podría agravarse por dos motivos: sufre una de las mayores sequías de su historia y empezó el verano austral, por lo que no se prevén lluvias a corto plazo.

Así lo explica Mike Letnic, profesor de biología de la conservación en la Universidad de Sidney: «con el clima tan seco que hay y la intensidad de estos incendios, se han quemado incluso áreas de barrancos húmedos que normalmente escapan del fuego. Los animales que generalmente sobreviven en estos oasis que no se queman pueden recolonizarse a partir de estos refugios, pero puede haber muy pocas vías para permitir una recolonización efectiva. Dependerá de cuántos refugios queden«.

Y no solo están muriendo animales selváticos. Miles y miles de animales, entre ovejas y vacas, murieron quemados, y otras miles que sobrevivieron con graves quemaduras debieron ser sacrificadas. En la zona de Upper Murray se calcula que 12.000 vacas y 6.000 ovejas fueron abatidas porque sus heridas eran incurables o porque los costos para sanarlos eran altísimos.

Entre tanto dolor siguen los gestos heroicos. El zoo de Mogo, que recientemente se transformó en un parque natural, estaba amenazado por las llamas y fue evacuado gracias al heroísmo de 15 guardias del parque. Con extintores en mano evacuaron a los 200 animales que allí vivían y no sabiendo donde llevarlos, el director del parque, Chad Staples, abrió las puertas de su casa. Allí encontraron refugio los animales más pequeños, de monos a pandas rojos, mientras que los grandes (entre ellos jirafas, leones y leopardos de las nieves) fueron transferidos a lugares alejados de Sidney.