Fuente: www.laopinion.es

La actuación del cantante fue el mayor reclamo del Carnaval de Día, con una asistencia sin precedentes. La masa fue tal que hubo momentos en que se colapsaron las calles del centro abiertas y los accesos a la ciudad.

La celebración del Carnaval de Día colapsó este sábado 9 de marzo por completo Santa Cruz de Tenerife. El reclamo de la actuación de Juan Luis Guerra reunió a muchísimos carnavaleros en el epicentro de la ciudad, que se vio desbordada a lo largo de todo el día.

La afluencia de personas superó todas las expectativas previstas por los organizadores, que habían calculado que la capital recibiría a más de 350.000 personas. A poco de llegar a las 23:00 horas de este sábado, el Ayuntamiento de Santa Cruz informaba oficialmente de que el número de asistentes al Carnaval de Día, incluyendo el recital del dominicano, fue de alrededor de 400.000 personas, con lo que se superaron las 240.000 personas que acompañaron a Celia Cruz en el año 1987, durante uno de los bailes más multitudinarios que se recuerdan.

Este fue el comunicado del Consistorio capitalino: «La afluencia de público al Carnaval de Día celebrado hoy en Santa Cruz de Tenerife se ha situado en torno a las 400.000 personas, en todo el ‘cuadrilátero’ y a lo largo de esta jornada festiva, según fuentes de la Policía Local de la capital tinerfeña. La celebración tuvo como instante cumbre el concierto ofrecido por el cantante dominicano Juan Luis Guerra en el espacio litoral de la ciudad, entre la avenida Francisco La Roche y la plaza de España, completamente abarrotado de espectadores, igual que la Alameda y calles adyacentes como La Marina, Villalba Hervás y Emilio Calzadilla. Antes de que diera comienzo el concierto, las vías de entrada a la ciudad se vieron bloqueadas de vehículos».

La llegada de turistas y canarios procedentes de otras islas se sumó a la afluencia masiva de tinerfeños que abarrotaron la ciudad. Miles de vehículos colapsaron las principales vías de acceso. Fueron muchos los que tuvieron que pasarse un largo tiempo en cola para poder acercarse en coche al Cuadrilátero carnavalero, olvidando utilizar el transporte público en unos de los días con mayor afluencia de personas en la ciudad o quizás fueron disuadidos por la huelga que mantienen los trabajadores del tranvía.

Lo cierto es que Santa Cruz estuvo este sábado atestada de vehículos, que sus propietarios aparcaban en casi cualquier rincón de la ciudad. Incluso por primera vez algunos temerarios conductores estacionaron sus coches en la TF-4, la vía de penetración a la capital por el Sur, poniendo en peligro la circulación.

Y es que muchos carnavaleros no querían perderse una fiesta que arrancó a las 12:00 horas del Sábado de Piñata. En la conocida como calle La Noria poco después del mediodía las mascaritas disfrutaban de un buen almuerzo en las terrazas de la zona, mientras entre plato y plato se echaban un bailoteo.

Cualquier disfraz era bueno para salir a la calle y en el epicentro de la fiesta se mezclan aquellos más elaborados, en los que se nota que hay muchas horas de preparación con los amigos, junto a otros que a pesar de no tener ningún nada previsto no quisieron perderse la fiesta y con una peluca, un tutú y algún antifaz ya tenían la excusa perfecta para salir a disfrutar.

Una Barbie aún dentro de su caja, la Guardia Civil con su scanner del aeropuerto, repartidoras de G-lovas preparadas para llevar a domicilio cualquier necesidad carnavalera, un rebaño de ovejas con sus cencerros detrás de su pastor y hasta la mujer afgana protagonista de la famosa portada de la revista National Geographic se encontraron este sábado por las calles de la ciudad. Una locura maravillosa en la que paseaban por Santa Cruz los personajes más dispares.

Incluso fue posible montarse en los toros locos sin ni siquiera tener que ir a la feria. En plena plaza del Príncipe instalaron su atracción Michael y su compañero, que animaban a todos a subirse a sus toros. «Lo que más nos gusta es meter al resto de los carnavaleros en nuestro disfraz», explica. De esta manera, todo el que quisiera participar tenía la diversión asegurada y también un pequeño susto al perder el equilibrio.

Haciendo honor al tema del Carnaval, las Profundidades Marinas también estuvieron muy presentes en las fantasías de los carnavaleros. Pulpos, sirenas, tritones y centenares de buceadores salieron del agua para inundar el Cuadrilátero de la fiesta.

Disfraces originales

Hubo incluso quien aprovechó para darle un repaso a la limpieza de los emblemáticos edificios del centro. Bayeta en mano se esmeraban en que los cristales de los inmuebles quedaran impolutos. «Cuando hemos acabado ya tenemos que empezar de nuevo porque vienen detrás y nos los ensucian», bromeaban asegurando que «venimos hoy porque la mierda de mañana no va a haber quien la limpie».

Otros aprovechaban para hacer la colada en plena plaza de Candelaria. Con su liña y su palangana llena de agua se encargaba de frotar cada una de las prendas para después ponerlas a sacar. «Espera un momentito que en un rato te traigo la mía», le decían mientras acaparaba todas las miradas.

Cualquier sitio era bueno para retocarse el maquillaje. Las más presumidas sacaban el lápiz de ojos en medio de la calle para perfeccionarlo. «Tiene que aguantar hasta la noche perfecto», aseguró una carnavalera.

La actuación más esperada

A medida que avanzaba el día más y más carnavaleros se incorporaban a la fiesta. En los escenarios la música no dejaba de sonar y muchos esperaban a que llegara el colofón final del Carnaval de las Profundidades Marinas y Juan Luis Guerra se subiera a cantar al escenario.

El artista dominicano regresó al Carnaval de Santa Cruz de Tenerife 28 años después de su actuación en 1991 en la plaza de Toros. Y no defraudó. El conocido como Rey de la Bachata y ganador de 20 grammys puso a bailar a todos al ritmo de sus míticos temas como Me sube la bilirrubinaOjalá que llueva café o A pedir su mano.

Pero antes que el cantante dominicano, el público también pudo disfrutar de la actuación de otros grupos como Orishas que se subió al escenario de la avenida Francisco La Roche sobre las 18:00 horas. Los cubanos se ganaron a los carnavaleros con sus ritmos latinos y recordaron que «los artistas que vienen tienen que cantar con el corazón…no borrachos ni desafinados», haciendo referencia a la polémica de Manny Manuel, en el Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria que sacó su actuación del programa de actos del Sábado de Piñata.

La música se repartió por todos los rincones de la ciudad y al sonido de las tradicionales orquestas de la plaza de la Candelaria y del Príncipe se unieron también los DJ para animar la fiesta.

Poco a poco el día fue dando paso a la noche algo que para muchos sólo significó que todavía les quedaban aún varias horas para terminar de exprimir el Carnaval, que ayer tras 18 horas de fiesta ininterrumpida se despidió de sus enamorados hasta el año que viene.