Nueva York.-Somos 12 millones de dominicanos, dos millones huimos del país y la mitad de los 10 millones que vive en la isla quiere emigrar, según la Gallup.  Según el Banco Central, tenemos crecimiento económico ilimitado, según la ONU somos “territorio de hambre”.

Un ex presidente dominicano tiene una “Fundación Global” con oficinas en Nueva York, Washington DC, Ginebra, París y creo que en Ganímedes, una de las lunas de Saturno. Los ex presidentes estadounidenses, de la nación más rica del mundo, sólo tienen una biblioteca, nuestro ex presidente los supera a todos juntos. 

Ocupamos los primeros lugares mundiales en corrupción, delincuencia común e inseguridad pública, y los últimos en educación. Estados Unidos le retiró la visa, confiscó cuentas bancarias a prominentes y acaudalados políticos y empresarios, por corruptos, y sus hijos fueron expulsados de aquí.

En nuestro país funciona la oficina de multi-sobornos del consorcio brasileño ODEBRECHT, que distribuyó millones de dólares sobornando políticos corruptos del continente y parte de África. Hay cinco expresidentes latinoamericanos presos por aceptar esos sobornos, tres andan prófugos y uno se suicidó. 

Los gobernantes dominicanos que participaron en eso andan libres.

Igualmente, los grandes cargamentos de cocaína incautados en Europa, Estados Unidos y Canadá, salen de nuestro país y, que se sepa, no producimos cocaína.

Somos un grupo de gente que vive junta, pero no somos nación o sociedad, no tenemos ningún servicio público común que funcione para todos. Ocho años y unos $4,000 millones de dólares más tarde ($500.00 anuales), tenemos más apagones que antes de construir “Punta Catalina” la solución energética que todos esperan.

Para agua compre tinaco, para energía eléctrica compre planta e inversor, para seguridad compre pistola, para transporte compre vehículo, Quisqueya la Bella es “un país muy especial”.

Sólo los “traidores a la patria” no están orgullosos.