¡Dios es Fiel!

El 17 de octubre llegué a la emergencia del hospital Seton de  HH con un dolor insoportable . Este me había empezado el viernes , pero pensé era gastritis, por lo que una semana atrás me hicieron una endoscopia y salí con inflamación en el estómago. Ese sábado por primera vez iba a ser «chaperone» de la escuela de mi hijo Esteban, que ese día tenía presentación de la Banda de música al aire libre.

Llegué al lugar y no pude seguir porque el dolor era cada vez más intenso.

Era angustiante y desesperante aquel dolor,  después de cuatro horas de estar en emergencia entre dolor y vómitos, lograron atenderme . Y aquí me detengo para dar Gracias a Dios, por aquellas dos mujeres que también estaban en emergencia y cedieron su lugar para que me atendieran a mi primero por lo mal que me veía. También se acercaron y oraron por mi. Así para Dios.

Ya cuando un médico me vió, inmediatamente me hicieron un CTscan y este arrojó que tenía el apéndice ya un poco perforado, por lo cual debían operarme de emergencia, pero me dieron la noticia que esa noche no podían hacerlo ya que no había un médico disponible y tuve que esperar al otro día.

Después de casi   21 horas de espera, me hicieron la cirugía.  La infección había aumentado mucho más en mi cuerpo por lo que se demoraron más en la cirugía, pero Gracias a Dios no llegó a ser una peritonitis.

Mientras estuve en el hospital (de sábado a martes), el día lunes llegaron tres enfermeras, apagaron las máquinas, me quitaron el suero y me dijeron: “en una hora te vas. Ya estas de alta”.  Yo estaba desconcertada, y  enojada. No entendía.

Todo lo que dijeron fue en inglés, y aún diciéndoles que no hablaba inglés, prosiguieron con su “protocolo” de informar y despacharme…  Yo me sentí maltratada, como un perro sarnoso a quien estaban botando de ahí….

No podía entender cómo le dan de alta a un recién operado, sin que el médico le vea, sin que revisen si todos los órganos que fueron movidos dieran señales que todo estaba marchando bien..  (la principal tirarse un pedo) No entendía, porqué no me ofrecieron el servicio de traducción que por derecho del paciente nos corresponde…

No había dormido casi nada en la noche, tenía náuseas, dolor, que solo con morfina podían calmarme…. Ese lunes, fue un día que entendí que al sistema de salud le falta la salud de la empatía, y humanidad.

Creo que una de las enfermeras sabía o entendía algo de español, y escuchó mi desahogo con mi esposo, quien  estaba en la línea telefónica.
Al rato llegó otra enfermera, un rostro que jamás olvidaré, ella me hizo recordar a la actriz que hace el papel de Dios Mujer, en la película “La cabaña“

Entró a la habitación con teléfono en mano con el servicio de un traductor para mi. Yo que aún estaba de pie frente a la ventana (no podía estar casi de ninguna manera por el dolor), me pidió me sentara.

Me tomó todos los signos vitales,  adicional , fue la primera que palpó mi vientre y colocó el estetoscopio para escuchar su funcionamiento, lo cual encontró que estaba muy lento. Escucho mis pulmones toco mis pies 👣 para ver si no había retención de líquido… en fin… ella hizo lo que se supone debían hacer antes de querer mandarme a la casa. Luego llegó el doctor de turno del hospital. Este hizo varios chequeos y dijo:  Debe quedarse un día más. Voy a mandar a hacer unas placas del pecho ( me dolía respirar) y de los intestinos.

Creo pasaron mas de 8 horas y aún no sabía los resultados … luego en la tarde me visitó mi cirujano, el que se supone autorice cuando puedo ir a casa después que me revise…. Aquí me contó que la infección estaba más grande etc… y me da el susto de decirme: parece que tienes infección en los pulmones 😱.. tremendo susto… gloria a Dios, y después me dijeron que no. Y los resultados de las placas estaban supuestamente bien, pero aún no había podido ir al baño. Empezaron a darme laxantes y supositorios 😬.

Pues el día martes 20 de septiembre me dieron de alta. Aún así estaba con mucho dolor y lo peor las náuseas … Le pedí a la enfermera de turno me diera algo para las náuseas ya que sería terrible vomitarme  recién operada y con el dolor que tenía en todo mi vientre y cuerpo. Su respuesta, como si no le hubiese importado lo que le decía:   “Se envió a su farmacia medicamentos para náuseas, dolor y antibióticos” ( mi esposo estaba ahí para traducirme) .

Cuando venía de camino sentía desvanecerme, y las náuseas estaban más fuertes…. Llegué a casa , y empecé a vomitar y el dolor fue tan grande que mis lágrimas salieron solas… creí que se había abierto la herida del ombligo…

Las primeras semanas fueron días insoportables de dolor en todo el cuerpo, náuseas,  vómitos, casi sin poder dormir.. dos semanas sentada en la cama y dormía poco ,  sin poder ir al baño, y para ir era un dolor insoportable  que me hacía llorar. Mi barriga- vientre inflamado , y dolor en el pecho y todo el cuerpo… Uff

Llegué a sentir en un momento que iba a morir realmente era mucho el dolor.

El trato en el hospital me dejó un sabor amargo de sentirme sola y abandonada, sin embargo Dios siempre envía sus ángeles para cuidarnos y  ahí estuvo mi esposo dando mi apoyo, aquella enfermera y una jovencita  puertorriqueña que siempre iba tomar muestras de mi azúcar,  ahí estuvieron amigas dándome apoyo,  personas que me llamaron que me escribían y que estaban pendientes de mí.

Agradezco profundamente a todas esas personas que los primeros días me trajeron comida a mi casa hermanas de la iglesia Revive, de mi iglesia Revive. En especial quiero darle las gracias a Yanira Santana a la Pastora María Santiago a Marilyn Acosta, a mi Vecina Arci , a Carmen Hernández, personas que estuvieron muy pendientes de mí para que yo estuviera bien.

Gracias,  gracias, gracias 1000 por toda la ayuda.

Hoy tomo esta fotografía para darle gracias a Dios porque sonrío de una manera diferente. Sonrío agradecida de Dios por todo lo que me ha dado por la oportunidad de poder testificar de su gran amor y misericordia para conmigo.

Las misericordias de Dios no tienen fin. El es fiel en todo tiempo y en todo lugar.   Declaro  una y 1000 veces más, cuán grande es su Amor sobre mí , porque Él me cuida, protege, me da la oportunidad para poder contar sus maravillas, para poder decir que Él es y será siempre nuestro salvador.

Gracias le doy a Dios por esta oportunidad que me da de poder continuar hacia el propósito de vida al cual Él me ha llamado.

Falta una segunda parte-  Escondida, encontrada, restaurada. Desde el silencio y la quietud.

Gracias a todos y todas que me llevaron en sus oraciones.