Por Estela Brioso M

La vida es un valor absoluto, sin embargo, es tan frágil que pronto puede pasar de absoluto a relativo.

Uno de los momentos en que más pienso en la relatividad de la vida es cuando me encuentro frente a un féretro. Es en ese momento donde todos los razonamientos lógicos dejan de encontrar asidero, y me digo: que relativa es la vida! Pues de pronto la tenemos, y de pronto ya no la tenemos.

La relatividad como concepto viene de “relativo a”  indicando que no hay un punto de referencia absoluto, o sea, todo se explica teniendo en cuenta la relación que tiene con otra referencia.(Diccionario Real Academia de la Lengua).

En ese sentido, lo relativo hace referencia a algo que se mueve, que cambia, que tiene un valor diferente para una cosa y para otra, ejemplo, la relatividad del tiempo, que en una situación se puede tornar eterno y en otra situación puede pasar al cerrar y abrir los ojos. Albert Einstein, es uno de los mejores exponentes sobre esta ley de la relatividad.

Por tanto, mirar las cosas desde esta teoría nos pudiera ayudar a comprender mejor la vida misma.

Aspecto relativo del vivir

Al ver como el ser humano hoy es y mañana puede no ser, pienso que es preciso hacer una profunda reflexión de cómo estamos viviendo esta existencia tan volátil, frágil y transitoria. La vida es un cuento que se va pronto, y me pregunto ¿Por qué desperdiciar una versión que no tiene doble y que puede ser tan relativa?

Muchas veces se nos pasa la vida envuelta en traumas, emociones desordenadas, como enojo, rabia, odio o ira, tanto así que se pierden los mejores momentos, y en ocasiones, en cosas que fueron sencillas y que hace mucho tiempo que ya sucedieron. Y al pasar balance, ya se ha invertido un tiempo precioso, por tanto, se ha dejado mucha vida en algo sin importancia, porque el tiempo es la vida y a veces, olvidamos que en la relatividad de la vida, lo que ayer fue, hoy puede cambiar.

 

Ver el lado relativo de las cosas ahorra sufrimiento

Ver el lado relativo de las cosas nos permite ser más humanos, más sensibles, integrales, más justos y por tanto, más felices. Pues nos ayuda a comprender que en esta existencia todo pasa, pasan los ciclos de la vida, pasan los días, los meses y los años, pasan los proyectos, contratos, trabajos, pasan las ilusiones, las alegrías, la tristeza, todo pasa, lo único que permanece es el amor.

De tal modo, que si todo pasa y cambia, también me puedo ver convidad@ a generar cambios, a flexibilizar las posturas, pensamientos, conductas, actitudes, a darle valor a lo que tiene valor absoluto y a relativizar lo que es relativo. “Si cambiar es de humano, que yo cambie no es extraño” dice Mercedes Sosa.

Mirar el lado sencillo de la vida nos ahorra mucho sufrimiento, poder subir el carro de la humildad, nos abre puertas que a veces, parece no tienen como abrirse, mirar desde esta postura la vida, nos mueve hacia la relatividad, y esta a saber que todo pasa y todo queda, y que lo nuestro es pasar, como dice el cantautor.

Hemos nacido para ser felices nos dicen desde siempre, sin embargo, parece como si nos empeñamos en poner todos los sufrimientos a la vida, de tal modo, que se nos van los mejores tiempos en esta batalla.

Vivir más implica…

  • Aprender a darle el justo valor a cada cosa
  • Poner en su justo lugar cada acontecimiento
  • Aprender a soltar aquello que me entristece y amilana el desarrollo integral
  • Retomar aquello que me da fuerza para seguir en el camino
  • Renunciar a la condición de sufriente andante y acoger la alegría de vivir
  • Avanzar por caminos simples de la vida, pues ellos llevan a mejor puerto
  • Recordar que esta vida es transitoria
  • Integrar en nuestro ser que, somos seres espirituales que estamos haciendo una experiencia humana, como lo han dicho varios maestros de espiritualidad
  • Subirnos en el tren del amor y la gratitud y bajarnos de la ruta de vibración en negatividad
  • Y finalmente, asumir que el tiempo es ahora.