La hermana menor del Cheito, Carmen Sonia Velázquez, es microbióloga y aficionada al canto.

Con una fiesta de pueblo recordaron el legado del artista a 56 años de su muerte

Por Tania Polanco
Puerto Rico.- Un homenaje a ritmo de bolero reunió al alcalde de Arecibo, Carlos Molina, organizaciones, sociales, músicos, artistas y seguidores de la cultura de trío para recordar la vida y legado del gran bolerista puertorriqueño, Cheíto González.

El líder cívico y cultural, Tito Correa, organizador del evento, destacó que González representa una figura icónica en el género del bolero, con aportes invaluables por su calidad como cantante e interprete.

“Su voz natural distinguió por su gran versatilidad, potencia y afinación. Cheíto hacía primera, segunda y tercera voz. Tenía una dicción impecable y una magia especial para interpretar el bolero”, expresó.

Por esas razones, a 56 años de su muerte, las canciones del cantante conocido como “El Jilguero Arecibeño”, siguen figurando entre las más solicitadas en emisoras dedicadas al bolero, en las bohemias y también en las velloneras.

“Pero las canciones de Cheito no suenan solo aquí en Puerto Rico, su voz es conocida y muy querida en República Dominicana, México, Venezuela y en muchísimos otros países con cultura de trío. Cheito ya era famoso en los años 50”, indicó Correa, quien preside el Club de Cheistas Arecibeños.

Señaló que el cantante, compositor y guitarrista tiene el mérito de haber revolucionado la manera de cantar bolero y de grabar cerca de 300 canciones, en una carrera artística muy corta, pues murió con 27 años de edad.

Un amplio público llegó hasta la plaza municipal a recordar al «jilguero arecibeño»

“Para nosotros Cheito no ha muerto. El vive en sus canciones y nos llena de alegría y de mucho orgullo”, sostuvo Javier Figueroa sentado en primera fila en la plaza municipal donde tuvo lugar la presentación de tríos en memoria del artista.

En su carrera, Cheito González obtuvo gran éxito con las canciones “Cristal”, “Egoismo”, “Fruto Amargo”, Frenesí”, “Cuando estemos viejos”, “Entre tu amor y mi amor”, “El malquerido”, “Silencio”.

Recuerdos de su hermana

Una estatua del cantante parece mirar a todos, desde su sitial en el Coliseo de Arecibo. A sus pies, la hermana menor de Cheito, Carmen Sonia Velazquez, lo mira a él. No puede evitar conmoverse.

¿Qué siente?, se le preguntó.

“Es una mezcla de emociones, en distintas vertientes”, explicó, mientras acudía al cementerio municipal donde aguardaban fanáticos, representantes del municipio y seguidores del artista.

Cuando ella nació su hermano Cheito tenía 17 años y ya estaba sobre el escenario. “Recuerdo que llegaba a casa y lo veía como un hombre grande. Todos hablaban de Cheito, que era un artista. Yo cantaba sus canciones siendo una niña pequeña”, recordó Velazquez, microbiologa, con una carrera en la industria farmaceútica en Puerto Rico

Su madre le decía que su hermano “hacía música” desde la cuna.

Indicó que con sólo 8 años su hermano Cheito aprendió a tocar la guitarra y que a los 12, como un niño prodigio, participó y ganó un programa de talento, desde entonces comenzó a darse a conocer acompañado del reconocido compositor Pepito Lacomba.

Carmen Sonia canta boleros como aficionada y es auspiciadora de la la bohemia.

Cuando llegó al homenaje, con más disposición para explicar lo inconcluso manifestó:

“Sí, lo que siento es de distintas vertientes: cuando escucho a Cheito recupero a mi hermano. Lo siento aquí, como si no lo hubiese perdido nunca. Por otro lado, también está la emoción, el orgullo por lo que que representa para Arecibo y Puerto Rico”, dijo sonriendo, con un dejo de melancolía.