Por Estela Brioso Mejia

En estos días me ha tocado contactar con el sentido profundo de la vida, este sentido se ve con más hondura cuando se vive la experiencia de despedir a alguien del círculo cercano, que se ha ido, y se da lo que yo llamo, la graduación de la vida.

Sobre la vida se ha filosofado mucho, tanto, que pudiéramos hablar más que de la vida, de las vidas, sí, porque hay tantas vidas como seres que pueblan el universo. En este caso, hablamos de la vida humana, y en sentido filosófico, la vida es ese concepto profundo, concreto y a la vez abstracto que poseemos; también se habla de la vida como algo que está afuera de nosotros mismos, cuando salen la expresiones como: la vida te da cosas y te quitas cosas, la vida es dura, la vida hace justicia, en fin, es como si nos estamos refiriendo a dos vidas o a varias vidas o conceptos de ella.

La vida como don o regalo

Desde el día de la gestación de una persona, inicia una vida, y se puede señalar, que inicia de una forma, pues lo que compone esa vida que se está gestando ya contiene memorias profundas y extensas de quienes han vivido antes, y así como se une toda la memoria transmitida por el ADN, así también empieza a tomar forma en la nueva vida toda la memoria ancestral generacional, en lo que será una nueva existencia hecha realidad en la figura del niño o niña que se está desarrollando.

La vida es un regalo, por eso, quienes nos la otorgan, así no hicieran nada más por nosotros, ya hicieron la más grande, darnos el mayor de los regalos, este regalo que no tiene precio, no hay forma de recompensarlo, a no ser haciendo algo bueno y muy bueno con la vida dada. Al ser un regalo, entonces la vida es un presente, de ahí la invitación a vivirla como tal, y tomar conciencia de que es necesario vivir este presente, este regalo, ahora.

El sentido de la vida

Hoy dia se habla mucho del sentido de la vida, y vemos diariamente como la vida parece un trapo viejo, que cualquiera puede hacer uso de ella, además de cómo se juega con las cosas que se deben tener en cuenta para abocarnos a la dignidad de la propia vida, como se juega con los recursos que la sostienen, como se le pone poco sentido a los medios, a las realidades que son parte de la sostenibilidad de la misma, en fin, parece como si se creyese que la vida es, y nada más, sin embargo, es preciso recordar que la vida es, pero unida a un sin número de factores que la componen, que le dan sentido y la sostienen. En ese sentido, las cuestiones fundamentales que forman parte de ella, es necesario tenerlas muy presentes para que las condiciones de esta vida, sean desde la dignidad que le merece.

El sentido de vivir cuándo y dónde?
El sentido de la vida, se precisa ahora, en el presente, en el aquí y en este instante. Esto parece frase cliché, más no es así, es la realidad más plena que podemos sostener, pues de lo único que no tenemos varias versiones o ediciones es de la vida que vivimos, de la que nos han regalado. O la vivo ahora, o se pasa y me voy sin vivir.

Una vez oí de un amigo esta expresión “la vida es tan simple que por eso nos la complicamos tanto”, y en el paso del tiempo he ido comprendiendo esa oración, es simple, más las personas buscamos muchas veces, la manera de complicarnos y complicar la existencia a otros y otras.

La invitación de hoy es a encontrar en cada instante y en cada acción el sentido de la vida, ese sentido tiene mucho que ver con lo que esperamos de la ella, pero también con lo que voy sembrando en ella, pues en el sentido circular de la vida, lo que ponga es lo que ella me traerá de vueltas. Vivir es un arte y se aplica aquí y ahora.