Hemos escuchado tantas veces a los padres expresarse de que no tienen un día igual como el día de la madre, y en realidad, esta misma situación conlleva a distanciar cada vez más a los padres de ese amor generalizado que hasta la misma publicidad del mercado no ha logrado explotar de igual forma que el día de las madres.

A todo esto,  nos preparamos para decir que es tiempo de retomar con dignidad el valor y papel de los padres en la familia junto a la madre.

Hay actitudes aprendidas de otras generaciones

Si bien es cierto que muchos padres abandonan el hogar dejando solos a madre e hijos, por realidades que aparentemente vemos y de las que hacemos juicios, que si es por celos, por irresponsabilidad o por malicia, también es cierto, que detrás de esa conducta hay cosas que igual no sabemos explicar, y es ahí donde hacemos un llamado a los padres de hoy. Por ejemplo, un hijo que vio a su padre llegar embriagado a la casa, violentar a la familia, ser irresponsable frente a su rol, etc., es un hijo que va a aprender esas actitudes, las cuales se convierten en una escuela para él, pues este hijo luego se convertirá en un padre, y  a la hora de la verdad, sin saber cómo,  irá replicando lo aprendido.

Por otro lado, y con mucha fuerza están las herencias transgeneracionales, es decir, eso que se va pasando de una generación a otra y que si no se sana en la presente generación,  las futuras lo replican. Un padre de hoy puede estar repitiendo cosas en su vida que la vivió su abuelo o tatarabuelo, aunque él no lo sepa.  Importante es dejar claro que se enseña con el ejemplo, y si al día de hoy dejas en solitario a tus hijos,  es esa la herencia que le estás enseñando y el legado que le estás dejando.

La dedicación de un papá

Es muy importante recordar que, desde el inicio de la humanidad fue necesario un padre para reproducir biológicamente el mundo; y aunque una mujer  haga un proceso de laboratorio tomando la célula reproductiva masculina de un banco de esperma, lo cierto es que el espermatozoide no se elabora en un laboratorio. Para decir, que siempre, siempre se necesita a un padre.

La dedicación de un padre en una familia, es vital, por tanto,  se hace urgente que los padres entren a la casa, al corazón de la familia y al corazón de los hijos e hijas. Y en ese mismo sentido,  los padres no son invitados, son parte directa  de la familia. Ellos al igual que la madre, son la familia, y es algo tan significativo que una vez que entra en esta misión de ser padre no hay vuelta atrás, no hay ex padre, es un vínculo que no se rompe.

Vale decir también que son muchos los padres que se dedican en cuerpo y alma a levantar a sus hijos e hijas, que trabajan duramente, no importa que tan fuerte sea ese trabajo, día a día ahí están buscando el pan de la alimentación, de la enseñanza y del cuidado de sus hijos/as. Muchos padres lo entregan todo, son afectuosos, cercanos, dedicados a cuidar, limpiar, nutrir a sus hijos, les acompañan en sus tareas, en sus logros y sus caídas. Así son los padres. Una pieza insustituible en la vida de un hijo o hija.

 

 

 

Es ahora un tiempo nuevo

Es hora de retomar una mirada que nos permita integrar a los padres a la casa, a la familia, a la vida de los hijos e hijas. Es tiempo de devolverles a ustedes, padres esa confianza al saber que son parte fundamental de la historia de su familia.

Es ahora un tiempo nuevo, es el momento de  reintegrarse padres a ese lugar del que nunca debieron salir, su familia. Es tiempo de grabar en su alma el ser parte vital y que las nuevas generaciones tienen lo que ustedes van dejando. Sus hijos son carne de su carne y sangre de su sangre. Son piel y alma de ustedes.